Un holocausto.
Que se quemen los edificios,
Que sangre la tierra y se cubra de llanto.
Que se agriete el asfalto
Que se inunden los barrios.
Que se pudran los mangos,
Que no caigan a tierra y sequen el árbol.
Que el emigrante emigre de nuevo.
Que se lleve sus dólares, sus bolívares y sus euros.
Que nos arrase el viento.
Que nos reclame sus arenas el mar violento.
Que la tierra se abra y se trague sus hierros.
Que se sequen los ríos.
Que se extinga el tapir, la harpía y el tigrillo.
Que se vacíe nuestro bolsillo.
Que de hambre y lombrices se mueran nuestros niños.
Que cuando ya no quede nada atractivo en nuestro suelo,
Saltarán como vampiros los inversionistas a otro cuello,
Y solo quedará la patria y sus patriotas,
Que la reconstruyan desde sus cimientos.