Tu sabes todo lo que yo hago.
Me ves… cuadrando.
Minuto a minuto voy mi día programando,
para que no quede ni un segundo divagando.
Porque tu sabes lo que pasa cuando divago.
La muerte me habla y me seduce su encanto.
Es tan fácil dejarse llevar.
Y cuesta encontrar razones para regresar
cuando ella solo pide la oportunidad
de brindarme dolor y libertad.
Por eso voy minucioso maquinando.
Cada compromiso, cada decisión que he tomado,
es un segundo a la vida que le he ganado.