Sufro de lapsos de lucidez,
donde veo todo tal cual como es.
La codicia, la desidia y la sed de poder,
que habita en el corazón del hombre y la mujer.
Agonizo durante estos lapsos de lucidez,
que vislumbro los hilos que manipulan la ley,
Los veo tensarse usando el poder a su disposición,
para mantener bajo un yugo a la población.
Son aquellos esporádicos lapsos de lucidez,
donde los cuerpos desnudos no invitan al placer.
Mas bien, pavimentan la tragedia que ha de ser,
el camino al calvario que habrá que recorrer.
Divago en extraños momentos de lucidez,
donde me es evidente la banalidad del ser.
Creado por un suspiro cósmico sin querer.
Efímero, como la niebla al amanecer.
Es precisamente durante estos lapsos de lucidez,
que inspirado quiero gritar y luchar por el bien.
Desenmascarar el mal que acecha por doquier
y elevar la verdad donde todos la puedan ver.
Pero son solo cortos lapsos de lucidez.
El resto del tiempo lo veo todo al revés.
Paseando de lo frívolo a lo trivial en busca de entretener,
al espíritu rebelde que habita en mi ser.