Trascendencia Humana

Un escrito que rascaté de hace muchos años :

Miércoles, 22 de Mayo, del 2002 8:30 pm., Granada.

Existen a mi parecer dos tipos de civilizaciones, las que basan su cultura en el sexo y la concupiscencia y las que basan su cultura en lo religioso. Pero estas dos manifestaciones del comportamiento humano y su capacidad de desarrollo como sociedad van tan ligada la una de la otra que en realidad hay que tener ambas presenten en el momento de escrudiñar una civilización o cultura de cualquier región del mundo.

Muy equívocamente se suele pensar en el hombre como un animal más de la creación y como tal, su motor biológico o meta como especie es pasar y dispersar en lo más posible su semilla para así trascender genéticamente ya que como individuo se le es imposible. Pues en palabras de alguien sabio que alguna ves escuché, “la muerte es el jaquemate final que nos da la vida”; por consiguiente hemos tratado por todos los siglos de los siglos con la misma estrategia en burlarla o torearla. Y como toda especie una vez comienza el proceso de dispersión de su semilla el individuo entra en decadencia hasta morir, algunos tardando más que otro.

Frente a este gran acertijo existencial el hombre se ha manifestado socialmente en un millón de formas, utilizando desde la arquitectura hasta el abuso del libre albedrío. Al principio solo lo guiaba el instinto animal de preservación de la especie llevándolo a actuar como tal, tratando de dominar unos sobre otros y abarcando la mayor cantidad de terreno posible y la mayor cantidad de especimenes de trascensión o portador (denominando al sexo femenino de esta forma). Después del caos inicial donde cada uno buscaba su propio interés, comenzó a darse el fenómeno de sociedad, instinto igual animal con el que individuos de la misma especie se protegen unos a otros y se comparte casi todo. Pero le llego un momento a un hombre de recostarse y contemplar a su alrededor viendo que dominaba una gran región, que tenia el método de burlar la muerte resuelto por medio de varias concubinas, que tenia abrigo y alimentación suficiente e inevitablemente se pregunto ¿y ahora que?

Este planteamiento cuestiona la teoría de la aparición de la religión y el culto en el hombre, que en su forma primitiva de razonamiento adoraba fenómenos atmosféricos y astros celestes, al igual que animales por sus beneficios o por sus cualidades. Mi teoría es que el hombre sintió la existencia de algo superior al ver que era el ser privilegiado de todas las especies del mundo. Obviamente no fue una acertación de una noche, sino de siglos de disertación y de maduración psicológica.

Por consiguiente en este proceso, el ser humano inventó teorías aquí y allá sobre su existencia, llegando en un momento a concluir en una creencia colectiva que era la muerte la que más llenaba los requisitos para la adoración. De esta teoría teológica nace la civilización de los egipcios, que desarrollaron todo un sistemático método de adoración a la muerte llevándolos al deseo de crear elementos trascendentes tal como la muerte les parecía que era. Y lo logran, se unen en sociedad y sobretodo como civilización en una meta colectiva de dejar una huella intemporal e inmortal sobre su existencia y su paso sobre este mundo; creando así las pirámides, las maztabas y más adelante se busca la trascendencia personal de individuos con mucho dominio sobre otros en manifestaciones escultóricas que tratan de relatar la existencia de “alguien” en el mundo.

Pues es aquí donde a mi parecer aparece la arquitectura, exactamente en el momento en que el hombre decide buscar una estrategia alterna para burlar la muerte, aún incluso siendo esta el motivo de la edificación. Lo mas probable es que exista discrepancia en este punto con otros colegas debido a la concepción moderna de arquitectura como espacio habitable, denominando arquitectura a un hueco en las laderas de una montaña; pero para mi como expresé anteriormente la verdadera arquitectura aparece como la nueva oportunidad para la especie de trascender de una forma que plasma mas directamente la vida de una civilización tanto visto a través de la mínima expresión de comunidad manifestada en la casa, hasta el gran avance tecnológico como civilización y el deseo colectivo de trascender o dejar huellas indelebles por el paso del tiempo.

De esta manera y con la misma intención inconsciente de trascender nace el arte y nuevamente ponga en duda otra teoría sobre el comportamiento humano primitivo, que por generaciones aceptamos como verdad, en cuestión a los dibujos primitivos en cuevas y rocas. Si a un niño de escuela se le preguntará ?para que los cavernícolas dibujaban escenas de caza en las rocas? Respondería que es con la intención de hechizar o atraer el animal y asegurar la buena caza. Al igual que el niño, los teóricos vieron estos dibujos como una intención a priori del evento. Al contrario mi teoría es una visión a posteriori del suceso que ocurre como simple manifestación del diario vivir de aquellos hombres, que por medio del arte buscaron al igual trascender.

Todas estas ideas históricamente subconscientes o ignoradas fueron el real motor secreto de toda la arquitectura y arte de las siguientes épocas. Pasando rápidamente por ellos, vemos civilizaciones como los griegos que buscaban trascender en perfección buscando proporciones en la arquitectura y belleza sublime en el arte. Luego los romanos que adoptan muchas de las técnicas de los griegos pero con una pincelada de realidad, creando duplicados de lo realidad para su trascendencia. Otro factor importante es el material que utilizan para crear estos elementos que en teoría deben durar para siempre; materiales tales como la roca, el mármol, el marfil, la madera y muchos otros que duraban al maltrato del tiempo con mucha más calidad que otros. Al igual que en pinturas y frescos siempre lo que se busca es que duré, no toda la vida porque esto es casi inconcebible para el ser humano, pero que por lo menos trascienda a la mayor cantidad de generaciones posibles.

Por otro lado el hombre la da otro esquivo a la muerte en el campo del razonamiento. Hombres como Arquímedes, Aristóteles, Platón; han trascendido a su muerte en la memoria de millones de generaciones incluso hasta nuestros días por llevar la batuta en la evolución del razonamiento humano. Y de esta manera podría escribir muchas otras paginas sobre cuantos han trascendido con sus artes, sus músicas, sus literaturas, sus arquitecturas y sus idea; pero no es el caso, dado que lo que se pretende analizar es un punto de vista mucho más global entorno a estas teorías.

Pues todo esto fue una rápida excitación en la raza humana que casi todo lo que hacían como civilización tenia que durar para siempre; ya el ser humano había reconocido la existencia de un solo Dios en diferentes partes del mundo y nuevamente el tablero estaba listo para jugar otra partida contra la muerte. Pero la perseverancia del hombre se deteriora día a día sino se hacen cosas edificantes y cae en la desesperación y en la angustia y vuelve a hacer lo más primitivo y trascendente que conoce; la vieja estrategia para el mismo adversario. Y es tal así el letargo y el animalismo en el que cae el hombre, que lo convierte en depravación y en un libertinaje absoluto. Es la idea de jugar una partida ya perdida, si ya uno juega como perdedor entonces se desatiende el juego y se dedica el ser humano a disfrutar en cuanto pueda. Es caer en la retórica del pensamiento “si voy a morir, que importa si hago esto o aquello…”.

Entonces como un ciclo repetido entra de nuevo la religión a salvaguardar la dignidad humana, porque no existe un hombre digno que no crea en algo superior suyo. Casi forzamos a Dios a que nos diera reglas, ya que no encontraba el ser humano en su interior un buen discernimiento, rescatando así nuevamente a la raza de ser simplemente una especie más en la carrera genética.

Pues todas estas ideas y deducciones al actualizarlas se desarrolla otra teoría. Y es sobre la pregunta ¿y ahora qué? Pues sin duda ni la fornicación desesperada, ni la complacencia de los sentidos son las respuestas; porque como dije anteriormente es estar predispuesto a perder. Muchas civilizaciones han optado por la resignación, viviendo vidas de santos pero sin buscar la trascendencia; es casi la misma postura que la anterior.

El comportamiento humano de hoy en dia no difiere en el de ninguno de los tiempos anteriores, solo que ahora se manifiestan todos en conjunto; la resignación, el abuso del libre albedrío, la religiosidad fanatista y todo con el mismo propósito; Trascender. Además se puede contar los avances tecnológicos como diversas formas de buscar la trascendencia, ya sea por cirugías plásticas que mantenga una belleza perpetua o clonaciones que perpetúen rasgos genéticos, incluso ya se ha practicado la crío-preservación y todo con el fin de burlar al mismo oponente.

Por ahora estas ideas no buscan esclarecer nada en lo absoluto, ni mucho menos dar la respuesta al acertijo de la humanidad sino simplemente intento dar una pequeña sacudida a aquellos que todavía no se han alienados con respecto a su propia vida.